martes, 20 de abril de 2010

Hoy


Y ella vertía lágrimas por el desamor. Le había amado tanto! La pasión la había hecho viajar en sueños alrededor del mundo. Hoy todo aquello acabó cuando sonó el teléfono y una voz masculina, de sobra conocida para ella, la dijo: Lo siento, amor, pero lo nuestro se ha terminado. Estoy muerto!

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