domingo, 18 de abril de 2010

Siempre abrazados

Y el mar mecía mis ilusiones. Esos colores, dispuestos como para ver el cielo en tus ojos y el verde de mi mirada en tu corazón. Y el sonido de las olas que poco a poco me envolvían y me transportaban en un viaje al centro de tu alma y desde allí observaba al mundo que parecía estar diciéndome: Le amas? Y yo les respondía: Pues claro, es que no se nota? Mi espíritu vibra al oir tu voz, diciéndome: Princesa, te quiero. Y espero. Espero que me vuelvas a conquistar en cada encuentro y al final de tanta pasión, nos dormiremos y soñaremos, sí, así, siempre abrazados.

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