jueves, 1 de abril de 2010

Como humo


Y hasta el humo de la vara de incienso me recordaba a tí. Cómo te gustaba jugar con las volutas que formabas en cada bocanada que expulsabas de ese cigarrillo de después. Y me hacías partícipe de ese humo que nos embriagaba a ambos. Qué nos ha pasado? El fuego del amor se consumió como ese último cigarrillo que fumamos a medias. Después... dejamos de fumar.

1 comentario:

  1. Se de lo que hablas pero no me esperaba ese final tan genial.
    Me ha gustado mucho.
    Un saludo primaveral desde Copenhague,
    íAN.

    ResponderEliminar