miércoles, 28 de abril de 2010

Un rayo de luz


Abrió los ojos al sentir unos labios que se acercaban a los suyos y la besaban, larga y profundamente, con una pasión concebida desde el delirio, notó cómo su camisa estaba abierta dejando sus turgentes senos al descubierto con sus pezones aún duros. Y sintió cómo una humedad desbordaba su entrepierna. En la oscuridad de su dormitorio su vista se dirigió a un rayo de luz que salía de la tapa recién cerrada de su portátil.

3 comentarios:

  1. Excitante y extrañamente surealista.
    Me gusta mucho la atmósfera de tu relato.
    Saludos primaverales desde Dinamarca.
    íAN.

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  2. Vine a visitarte de nuevo Diamantina pero no estabas en caso.
    Ven a visitarme.
    Un abrazo primaveral.
    íAn

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