Mientras escuchaba a Frankie cantando aquella melódica canción, recordaba esos momentos vividos, bailando al compás, juntas sus manos, sus cuerpos parecían flotar entre la neblina de aquel tugurio del puerto. Los ojos de los demás clientes se dirigieron, de pronto, en las lágrimas que ella comenzó a derramar. Su corazón se quedó seco y su mirada se hizo hielo. Y allí la dejó. Él había encontrado otros mares en los que navegar.
jueves, 21 de octubre de 2010
Otros mares
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Escribir ilusiones libera sentimientos y nos permite volar hacia cielos lejanos.
ResponderEliminarAbrazos,