viernes, 15 de octubre de 2010

Cantos gregorianos


Alrededor de una gran mesa en la cocina se habían reunido para compartir mate y tortas fritas. A modo de ceremonia se pasaban el mate de mano en mano, mientras se comentaban mil y una anécdotas, reales o imaginarias, qué más daba, si con ello se conseguía arrancar algunas risas. Alguien contaba cómo había sido su visita, pocos meses antes, a un monasterio de monjes y había oido in situ sus cantos gregorianos. Y cómo impresionaba ver esas caras demacradas, emitiendo sonidos, casi vocálicos, de sus gargantas. De repente, un relámpago seguido de un estruendoso trueno apagó la luz de la hacienda. De mi cámara de fotos comenzó a escaparse el sonido de los monjes.

Dedicado a Deos, Electro y demás miembros de la familia y amigos. Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario