Aquel banco de ese parque que comenzó a visitar al sentir en su corazón la soledad, le recordó la historia de amor que vivió años atrás. No correspondido optó por la decisión que en ese momento creyó mejor para él. Sería una ardua tarea, como un combate en la arena, un cuerpo a cuerpo. Su corazón, triste corazón solitario, se vería abocado a permanecer subyugado a la razón de su cabeza, a un deseo cerebral más que pasional. No sería fácil salir airoso de aquel designio que el destino le había deparado. Y solo siguió amando.
sábado, 16 de octubre de 2010
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La vida está llena de sueños e ilusiones, que con el tiempo, nuestra mente deforma. Triste relato del día a día.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola acabo de conocer tu blog, leí los tres últimos post, de verdad me parecen muy buenos. Cortos, inundados de metáforas y...de pasión. Un abrazo-Graciela boticaria
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