viernes, 15 de octubre de 2010

Otoño


El sonido de la hojarasca pisada por tus pasos me anunciaba tu presencia. Este otoño me trae la añoranza del tiempo perdido en palabras cuando las caricias podrían haber satisfecho nuestros deseos. Los colores ocres nos devuelven a la tierra, los dorados a la gloria y los rojizos a la sangre que corre por nuestras venas y a la vida. Por qué dejarse vencer por la apatía? Por qué no luchar contra las normas y amarnos por siempre, allí donde los amaneceres son eternos y mi amor por tí infinito? Por qué el espectro de los fantasmas quedó impreso en tu mirada? Respira hondo y sígueme. Lleguemos juntos de la mano al paraíso. Sigue siendo otoño...

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